lunes, 14 de noviembre de 2011

EL MARAVILLOSO MUNDO DE LAS FÁBULAS

 
Las fábulas son cortas y breves narraciones literarias, normalmente en verso, que terminan siempre con un mensaje de enseñanza o moraleja de carácter instructivo, cuyos personajes casi siempre son animales u objetos ficticios.

Las fábulas ya eran escritas hace dos mil años, en Mesopotamia. Unas tablas de arcilla cuentan brevemente historias de zorros astutos, perros desgraciados y elefantes presuntuosos. En la antigua Grecia, la primera fábula es conocida como la del ruiseñor. La contó Hesíodo, en el siglo VIII a.C.

En el siglo XX, el poeta francés Jean de La Fontaine es famoso por las 243 fábulas que escribió durante 26 años. Inspiradas en las Fábulas de Esopo, los cuentos de La Fontaine incluyen un reparto familiar de conejos, saltamontes, hormigas, zorros y otros animales. Entre las fábulas más famosas, conocemos "La tortuga y la liebre", "El zorro y las uvas", "Ratón del campo y ratón de la ciudad".


La liebre y la tortuga

En el mundo de los animales vivía una liebre muy orgullosa y vanidosa, que no cesaba de pregonar que ella era la más veloz y se jactaba de ello ante la lentitud de la tortuga.
- ¡Eh, tortuga, no corras tanto que nunca vas a llegar a tu meta! Decía la liebre burlándose de la tortuga.
Un día, a la tortuga se le ocurrió hacerle una inusual apuesta a la liebre:
- Estoy segura de poder ganarte una carrera

- ¿A mí? Preguntó asombrada la liebre.
- Sí, a ti, dijo la tortuga. Pongamos nuestras apuestas y veamos quién gana la carrera.
La liebre, muy ufana, aceptó. Todos los animales se reunieron para presenciar la carrera. El búho señaló los puntos de partida y de llegada, y sin más preámbulos comenzó la carrera en medio de la incredulidad de los asistentes.
Confiada en su ligereza, la liebre dejó coger ventaja a la tortuga y se quedó haciendo burla de ella. Luego, empezó a correr velozmente y sobrepasó a la tortuga que caminaba despacio, pero sin parar. Sólo se detuvo a mitad del camino ante un prado verde y frondoso, donde se dispuso a descansar antes de concluir la carrera. Allí se quedó dormida, mientras la tortuga siguió caminando, paso tras paso, lentamente, pero sin detenerse.
Cuando la liebre se despertó, vio con pavor que la tortuga se encontraba a una corta distancia de la meta. Salió corriendo con todas sus fuerzas, pero ya era muy tarde: ¡la tortuga había ganado la carrera!
Ese día la liebre aprendió, en medio de una gran humillación, que no hay que burlarse jamás de los demás. También aprendió que el exceso de confianza es un obstáculo para alcanzar nuestros objetivos.
Leemos más fábulas



8 comentarios:

  1. Esta fàbula es muy divertida y educativa

    Un beso

    De alba

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  2. De esta fàbula,¿cual es la moraleja?,¿y la enseñanza?

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  3. ¿Cuantas fabulas hay en el mundo?

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  4. oi esa fabula muchas veces...
    DE SUSANA

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  5. Hola Alba, lo que aprendió la liebre es la moraleja de la fábula.
    El número de fábulas que hay en el mundo son infinitas porque siempre hay alguien escribiendo alguna nueva seguro.
    Así que nunca debemos de dejar de leer fábulas y aprender muchas cosas a través de ellas.
    Seño Loli

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  6. esta fabula me gusta mucho y yo mela e leido muchas veces pero ya no me acuerdo besos DE NOELIA CRUCES LARA.

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